MÁS FLEXIBLES AL AIRE LIBRE
Nuevo curso escolar: seguirán los grupos burbuja, clases presenciales y con mascarilla
La mayoría de comunidades volverá a reforzar las plantillas de profesores o mantendrá las contrataciones del último periodo. El grueso de medidas para prevenir contagios no variará
Desde el ministerio, explican que las autonomías recibirán este año un fondo adicional de 13.486 millones para hacer frente a las necesidades derivadas de la pandemia, entre ellas, las educativas. Y recuerdan que aquellas que hayan hecho una inversión en recursos excepcionales contra el covid pueden solicitar el retorno de estos fondos a la Unión Europea. Aun así, desde comunidades como Galicia y Madrid, exigen tener los datos concretos para encarar un curso que, gracias a las lecciones aprendidas del anterior, esperan sobrellevar sin grandes sobresaltos.
Muchas autonomías se han comprometido a incrementar la plantilla de profesores. Madrid, por ejemplo, incorporará a cerca de 3.000 para labores de refuerzo. En Galicia, para ese mismo cometido, serán unos 1.200. En ambas regiones, además, se han celebrado recientemente oposiciones, con lo que contarán con nuevas plazas. Por su parte, Cataluña, Baleares, Castilla y León, Navarra y País Vasco mantendrán las contrataciones extra del curso pasado.
Sin embargo, Andalucía sigue negociando con los sindicatos; tampoco Asturias ha cerrado una cifra concreta. De hecho, algunas autonomías, es el caso de esta última, subordinarán las incorporaciones a los cambios permitidos en las ratios profesor/alumnos por aula. Si el curso pasado la distancia que debían guardar los estudiantes era de 1,5 metros, este será de 1,2. Es decir, las comunidades pueden recuperar la proporción previa a la pandemia.
Ratios, desdobles y grupos burbuja
Así, el máximo de alumnos por aula, siempre y cuando se cumpla con las distancias mínimas, será de 25 en Primaria, 30 en ESO y 35 en Bachillerato. Por lo tanto, los números finales de estudiantes por clase marcarán también las necesidades de contratación. Canarias, por ejemplo, no contempla alcanzar las cifras máximas, mientras que otras autonomías apuestan por apurar las ratios en ESO y Bachillerato, y rebajar la proporción en los cursos inferiores.
En función de cómo juegue cada comunidad con estas cifras, depende una de las medidas que se pusieron en marcha el curso pasado, los desdobles, que no mantendrán todas las autonomías. Madrid ya ha anunciado que no podrá seguir destinando espacios extra —comedores, gimnasios y otro tipo de clases— a la división de aulas, por lo que este curso no seguirá adelante con la iniciativa, frente a Castilla y León, que conservará las nuevas clases.
Lo que sí es común al conjunto de comunidades es la vigencia de los grupos estables de convivencia o burbuja. Las aulas de Infantil, de Educación Especial y de Primaria —en algunas autonomías, solo afectará a los primeros cursos, en otras, se extiende hasta sexto— funcionarán bajo esta premisa. Los alumnos que formen parte de la misma unidad no guardarán las distancias de seguridad, compartirán espacios y actividades y no se relacionarán, a menos que la evolución de la pandemia sea muy favorable, con otros estudiantes. El objetivo es que si se detecta un contagio en alguno de estos grupos, el rastreo y control de contactos sea mucho más sencillo y se acote a un número reducido de personas.
Presencialidad
Uno de los principales objetivos con que las comunidades perfilan el próximo curso es garantizar la presencialidad en todas las etapas. Algunas ya fueron capaces de lograrlo durante el último periodo lectivo. Castilla y León y Galicia fueron de estas autonomías, mientras que en Aragón la meta se alcanzó el pasado enero. Ahora, el objetivo se extiende al conjunto de regiones, según acordaron con el Ministerio de Educación, a menos que la situación epidemiológica lo impida. Así, los protocolos recogen que los centros que impartan los últimos cursos de ESO, Bachillerato y FP podrán optar por una docencia semipresencial solo en caso de que la localidad a la que pertenecen se encuentre en niveles de alerta 3 o 4.
Además, según lo pactado —Educación no descarta una nueva reunión sectorial antes de septiembre por si hubiese que revisar las medidas acordadas—, se mantienen para el próximo curso las principales herramientas para la prevención de contagios. Más allá del uso obligatorio de la mascarilla a partir de los seis años, los decálogos elaborados por las autonomías recogen la posibilidad de seguir escalonando las entradas y salidas a los centros para evitar aglomeraciones, diseñar circuitos por los pasillos y edificios, así como la limpieza periódica de elementos comunes y superficies. Otras medidas que seguirán vigentes serán la ventilación de las aulas y el uso de geles hidroalcohólicos.
Flexibilizaciones
La cautela impera en los protocolos que han ido presentando las comunidades. Todas insisten en que son documentos “vivos” que podrán revisarse y modificarse en función de la evolución de la pandemia. No obstante, algunas prevén ya ciertas flexibilizaciones, siempre y cuando el volumen de contagios y el ritmo de vacunación lo permitan. Así, en Madrid apuntan a que el uso de las mascarillas en exteriores se podrá flexibilizar.
Castilla y León prevé permitir la interacción al aire libre entre alumnos procedentes de distintos grupos burbuja, siempre y cuando la incidencia acumulada sea muy baja, algo que también propone Galicia para estudiantes del mismo curso.
Por su parte, desde la Consejería de Educación de Aragón, explican que se permitirá volver a compartir materiales, ya sea dentro de las clases o en los espacios exteriores. También se podrán volver a usar las aulas comunes (talleres, música, tecnología o laboratorios), y no será necesario dividir físicamente los patios u otros espacios que los alumnos habitualmente utilizan en el tiempo de recreo.
fuente: El Confidencial