Las rutinas pueden establecerse desde los primeros meses de vida. Para los bebés, las rutinas simples como la alimentación y la hora de dormir establecen un ritmo predecible que les ayuda a sentirse seguros y tranquilos. A medida que crecen y entran en la etapa preescolar (entre los 3 y 5 años), las rutinas pueden expandirse para incluir actividades más estructuradas, como el tiempo de juego, la lectura, y la preparación para la escuela.
A partir de los 6 años, cuando los niñ@s comienzan la escuela primaria, las rutinas diarias se vuelven aún más importantes. En esta etapa, un calendario de rutinas puede incluir tareas escolares, actividades extraescolares y responsabilidades del hogar.
Beneficios de establecer rutinas diarias para los niñ@s
Las rutinas diarias ofrecen múltiples beneficios para el desarrollo y bienestar de los niñ@s. Algunos de los principales son:
Aumentan la seguridad y estabilidad
Las rutinas brindan a los niñ@s una sensación de seguridad al saber qué esperar en su día a día. Saber qué esperar a lo largo del día les ayuda a sentirse más cómodos y seguros. Esta previsibilidad les ayuda a manejar mejor los cambios y a reducir la ansiedad.
Reducen la ansiedad
La incertidumbre sobre lo que sucederá a continuación puede causar ansiedad y comportamientos disruptivos. Las rutinas ayudan a mitigar esta ansiedad al ofrecer una estructura clara y constante. Cuando los niños conocen el orden de las actividades diarias, es menos probable que se sientan inseguros o que se frustren, lo que a su vez reduce la incidencia de comportamientos disruptivos.
Fomentan la independencia
Al seguir un calendario de rutinas, los niñ@s aprenden a realizar sus actividades diarias de manera autónoma, lo que fomenta su independencia y autoconfianza, los niñ@s se vuelven más capaces de gestionar sus responsabilidades y tomar decisiones por sí mism@s.
Fuente: power Kids